"Soy la peste", de Guillermo Saccomanno

¡Buen lunes! 🙌🏼 Hoy les recomiendo "Soy la peste", de Guillermo Saccomanno ❄️

Novela inspirada por la pandemia, escrita por el autor en cuestión de un mes durante la cuarentena. El mal arrasó Buenos Aires dejando montañas de cadáveres a diestra y siniestra, a la espera de ser incinerados en fosas comunes, en chacras de la periferia. Las fuerzas represivas controlan las calles desplegando una logística para limpiarlas, improvisando crematorios y reconvirtiendo vagones de tren en morgues

Sin agua ni electricidad, acechados por animales salvajes y una constante tormenta de nieve, los sobrevivientes se agolpan esperando una ración de guiso pestilente de manos del ejército, bendecida por un cura rechoncho, y deambulan como depredadores.

Las situaciones que recorre el personaje, un joven innominado de dieciséis años, criado en un prostíbulo, hacen alusión a las jerarquías de poder: una fábrica donde se encuentra con un obrero y sin un patrón que colgar o un banco cuyo gerente está drogándose mientras se masturba. No hay dinero, porque ahora carece de sentido: es más importante tener un arma, lo demás carece de valor, incluso las clases sociales. La parálisis masiva de la ciudad se debe a una razón muy simple: los cadáveres desparramados pertenecen a lxs trabajadorxs que, con su fuerza, garantizaban el funcionamiento de las máquinas, ahora convertidas en ruinas. Lxs mismos desahuciadxs de siempre son ahora utilizadxs para llevar a cabo las tareas fúnebres, como mano de obra barata. Las condiciones degradadas de existencia, como es de esperarse, aumentan exponencialmente las posibilidades de enfermar y morir.

En su huida precipitada hacia el mar que ensoñaba, el muchacho conocerá a Tori, cuyo auto y velocidad desencadenarán un final inesperado. Algo similar al amor parece despertar en él, pero no es capaz de reconocerlo como tal: siente que no puede aflojar ante la ternura porque pondría en tela de juicio su masculinidad.

Un relato que representa un escenario apocalíptico que propicia la proliferación de los más bajos instintos.

⚠️Cabe mencionar que, al ser el autor argentino, abunda el uso de lunfardo, una jerga nacida en Buenos Aires, lo que tal vez dificulte su lectura fluida. Aún así, les recomiendo que se animen a intentarlo. Vale la pena: es atrapante, vertiginoso e ideal para devorar en cuestión de un par de horas.

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