"Caos", de Magalí Tajes
Continuemos... ahora con "Caos (nadie puede decirte quién sos)", de Magalí Tajes.
SINOPSIS: “¿Cuántos muros se tienen que saltar para llegar a un puente? ¿Cuántos universos hay que dejar morir para que nazca el propio? Caos. Una fiesta, varias habitaciones, tres tiempos: pasado errático, presente mágico, futuro incierto. Puertas que abren mundos y cierran miedos. Cinco colores jugando a adivinar de qué color pintás la vida. Historias dentro de historias. Disfraces desnudos. La risa como revolución. Miradas que buscan ojos en los que reconocerse. Espejos y corazones rotos. Caos. Mucho caos. Todas las personas que habitan en mí sacando a bailar a las que habitan en vos. ¡Que empiece la fiesta!”
OPINIÓN PERSONAL: para quienes no la conozcan, les comento: Magalí Tajes es una reconocida escritora, comediante y psicóloga argentina, muy popular en Instagram.
En este libro, nos invita a una fiesta donde abunda el caos. En la casa donde transcurre hay cinco puertas de colores: violeta, rojo, azul, negro y amarillo, tras las que encontraremos diferentes temas. Amor, desamor, ilusiones, esperanza, obsesiones, feminismo, violencia, entre otros. Se puede leer de principio a fin y viceversa o intercalando puertas.
Magalí comparte historias personales, ficcionales y poesía y nos habilita a ingresar y salir de las habitaciones a gusto: cuando queramos, las veces que lo necesitemos o se nos antoje, haciendo que la lectura sea muy dinámica, porque además de elegir cómo leer, nos toparemos con algunas “pruebas de valentía” planteadas por la autora. Personalmente, lo leí primero desde el comienzo al final para luego volver sobre mis pasos, y no fui capaz de cumplir con una de las pruebas…
La puerta violeta es la que cree que las puertas (valga la redundancia) sólo sirven para cerrarse. No acepta puntos medios, sino que nos desafía. Nos habla de manera directa. Si entramos aquí, Magalí nos invitará a observar a las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
La puerta roja es la de los (des)amores, la primera en el orden numérico de las páginas. Nos contará historias de amor y, claro, de desamor, esas que dejan cicatrices, heridas por donde, finalmente entenderemos (e incluso nos ayudará a aceptar), entra luz. Aquellas personas que te obsesionan, que duelen o dolieron, que no queremos que vuelvan o que sigan a nuestro lado. Difícil de abrir, sí, porque nos hará revivir y enfrentar momentos complicados.
La puerta azul representa la imaginación: nos hace adentrar en nuestros miedos, en los secretos que éste nos hace guardar, normalmente por miedo a la desaprobación de los demás. Se refiere a los fantasmas que nos creamos, al silencio, a las palabras dichas (o no) a destiempo. El relato de Julio es de los más impactantes, y a Tita le tengo un cariño muy especial.
En la puerta amarilla, vuelve a arder la vida, al final del libro. Ahí encontraremos a Magalí Tajes que, cansada de tanto revuelo en la fiesta, decide contarnos un poco más pero sobre sí misma, cómo llegó a convertirse en viral. No puedo develar mucho más de esta parte.
Se lee de manera rápida y es recomendable, incluso inevitable, una relectura para disfrutar nuevamente sus páginas. Recomiendo que lo hagan así: dos veces, tres, las que quieran, las que necesiten, para darle lugar a las palabras dentro, para que logren abrirse y aceptar cada cosa que se nos plantea. Que no, no es fácil, pero sí necesario.
CALIFICACIÓN PERSONAL: 5/5 📚 📚 📚 📚 📚
En este libro, nos invita a una fiesta donde abunda el caos. En la casa donde transcurre hay cinco puertas de colores: violeta, rojo, azul, negro y amarillo, tras las que encontraremos diferentes temas. Amor, desamor, ilusiones, esperanza, obsesiones, feminismo, violencia, entre otros. Se puede leer de principio a fin y viceversa o intercalando puertas.
Magalí comparte historias personales, ficcionales y poesía y nos habilita a ingresar y salir de las habitaciones a gusto: cuando queramos, las veces que lo necesitemos o se nos antoje, haciendo que la lectura sea muy dinámica, porque además de elegir cómo leer, nos toparemos con algunas “pruebas de valentía” planteadas por la autora. Personalmente, lo leí primero desde el comienzo al final para luego volver sobre mis pasos, y no fui capaz de cumplir con una de las pruebas…
La puerta violeta es la que cree que las puertas (valga la redundancia) sólo sirven para cerrarse. No acepta puntos medios, sino que nos desafía. Nos habla de manera directa. Si entramos aquí, Magalí nos invitará a observar a las personas que se encuentran a nuestro alrededor.
La puerta roja es la de los (des)amores, la primera en el orden numérico de las páginas. Nos contará historias de amor y, claro, de desamor, esas que dejan cicatrices, heridas por donde, finalmente entenderemos (e incluso nos ayudará a aceptar), entra luz. Aquellas personas que te obsesionan, que duelen o dolieron, que no queremos que vuelvan o que sigan a nuestro lado. Difícil de abrir, sí, porque nos hará revivir y enfrentar momentos complicados.
La puerta azul representa la imaginación: nos hace adentrar en nuestros miedos, en los secretos que éste nos hace guardar, normalmente por miedo a la desaprobación de los demás. Se refiere a los fantasmas que nos creamos, al silencio, a las palabras dichas (o no) a destiempo. El relato de Julio es de los más impactantes, y a Tita le tengo un cariño muy especial.
En la puerta amarilla, vuelve a arder la vida, al final del libro. Ahí encontraremos a Magalí Tajes que, cansada de tanto revuelo en la fiesta, decide contarnos un poco más pero sobre sí misma, cómo llegó a convertirse en viral. No puedo develar mucho más de esta parte.
Se lee de manera rápida y es recomendable, incluso inevitable, una relectura para disfrutar nuevamente sus páginas. Recomiendo que lo hagan así: dos veces, tres, las que quieran, las que necesiten, para darle lugar a las palabras dentro, para que logren abrirse y aceptar cada cosa que se nos plantea. Que no, no es fácil, pero sí necesario.
CALIFICACIÓN PERSONAL: 5/5 📚 📚 📚 📚 📚
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