"Todos deberíamos ser feministas" y "Querida Ijeawele", de Chimamanda Ngozi Adichie

¿Cómo están? Tanto tiempo sin pasar por acá... Tengo que organizarme pronto y sentarme a escribir las reseñas que adeudo, que ya suman más de diez, pero la verdad es que cuento con pocas horas de ocio últimamente. En fin, hoy quiero compartirles mi opinión acerca de dos relatos bellísimos e invaluables que tuve la oportunidad de leer juntos, en una edición que salió dentro de la colección "Nueva ola", del diario Clarín: "Todos deberíamos ser feministas" y "Querida Ijeawele", de la gran Chimamanda Ngozi Adichie.

 SINOPSIS: "El feminismo no es sólo cosa de mujeres. Chimamanda Ngozi Adichie lo demuestra en Todos deberíamos ser feministas, un elocuente y perspicaz texto en el que nos brinda una definición singular de lo que significa ser feminista en el siglo XXI. Con un estilo claro y directo, y sin dejar de lado el humor, explora el papel de la mujer actual y apunta ideas para hacer de este mundo un lugar más justo. Y en Querida Ijeawele, esta carismática autora dirige una emotiva carta a una joven madre que acaba de dar a luz. En sus quince consejos, reivindica la formación de nuestros hijos en la igualdad y el respeto, el amor por los orígenes y la cultura. Una invitación a rechazar estereotipos, a abrazar el fracaso y a luchar por una sociedad más justa. Una bella misiva con reflexiones tan honestas como necesarias que conquistará por igual a madres, padres, hijos e hijas."



OPINIÓN PERSONAL: en el primer texto, adaptado de una charla ofrecida por la autora hace años, Chimamanda nos cuenta de manera sencilla sus experiencias con el feminismo, comenzando por su infancia en Nigeria, donde el concepto estaba mal visto, y termina contándonos acerca de su vida laboral actual en el mismo lugar, donde lamentablemente aún nada cambió.
Expone experiencias machistas, tanto propias como ajenas, que perjudican tanto a hombres como a mujeres, y la ceguera que parece cernirse sobre la sociedad respecto a dicho machismo: la desigualdad laboral que sufren muchas mujeres alrededor del mundo y los estereotipos en que hombres y mujeres aún se sienten obligados a encajar, como por ejemplo el del éxito laboral para ellos y el de la maternidad para ellas.

Lo que Chimamanda nos relata es tan obvio, sensato y razonable que hace que nos preguntemos por qué el sentido común es tan poco común y frecuente, llegando al punto de tener que recomendar algo que debiera ser indiscutible, cotidiano, normalizado, interiorizado: que seguro se encuentra así en nuestra genética, no biológica, sino emocional y social, pero desaprendemos. La igualdad, desgraciadamente, no está exenta: es algo que tiene que reaprenderse.

Creo, sin lugar a dudas, que es necesario que este ensayo sea leído por todo el mundo, incluso ser obligatorio en colegios (y diversas instituciones), aunque en general no concuerdo en que el acto de leer deba desarrollarse de manera obligada; además, debería comenzar y promover un debate que resulta necesario, puesto que, de una manera muy sencilla, nos resalta cosas que vemos como normales que en realidad, no lo son.

No podemos negar que el mundo está cambiando, pero no debemos conformarnos: si bien se ha avanzado mucho, aún nos queda camino por recorrer, sin caer en el conformismo, en el victimismo ni en inútiles batallas dentro del mismo bando: la mujer que está a mi lado es mi compañera, no mi enemiga, porque esto lo hacemos juntas. Más importante aún de destacar: lo hacemos juntos. Los hombres no están aislados en esta lucha. Porque, contrario a lo que, aún hoy, muchos creen, el feminismo no busca perjudicar al hombre sino ofrecer a la mujer los mismos derechos y libertades que éstos poseen; acabar con los roles definidos también beneficia al hombre, librándolo, por ejemplo, de la carga de proveer y mantener la economía de la familia o permitiéndole abrirse al desarrollo de actividades recreativas o profesionales que tradicionalmente han sido femeninas, al igual que consiguió, en parte, que una mujer pueda llevar a cabo las típicamente masculinas.

En cuanto a “Querida Ijeawele”, se trata de una carta (con algunos retoques) que la escritora envió como respuesta a una amiga que la consultó acerca de cómo enseñar a su niña recién nacida a ser una buena persona desde el ejemplo y sobre cómo educarla en el feminismo. Chimamanda plantea de forma directa, cercana y sencilla algunos consejos para que las madres otorguen a sus niñas las herramientas adecuadas para enfrentar el mundo profundamente machista en el que vivimos. Pero no crean, ni por un momento, que este relato se dirige únicamente a quienes tengan hijos: cada uno de nosotros, independientemente de la situación y el ámbito en que nos encontremos, podemos aprender e informarnos sobre el feminismo y aplicar estos consejos. Porque todo es un aprendizaje, continuo e ininterrumpido, en todas las esferas.

Una de las cosas más destacables es la cotidianidad y la humildad desde las que el libro está planteado: no es una receta, sino simples conclusiones que realiza la autora en su vida cotidiana. Aleja el feminismo del espacio académico y lo lleva al ámbito del hogar con ejemplos reconocibles para todos.

Entre los tópicos que Chimamanda sugiere se encuentran el amor a las raíces, el respeto hacia otros y hacia uno mismo, el hecho de que el feminismo y la feminidad no son mutuamente excluyentes, pero sobresale, desde mi punto de vista, el ejemplo a cuestionarlo todo, a gritar por aquello que se considere injusto y el hecho de evitar todo lo posible el indicar roles de género.

El feminismo es aún hoy un tema muy debatido, cuyo significado no se encuentra claro para muchas personas y es malinterpretado (mejor dicho, malentendido) con frecuencia. Que existan relatos como estos es importante por este motivo y, al estar editados juntos, sobre todo siendo leídos juntos, pienso que se potencia su importancia.

Este libro conforma un buen comienzo, una buena apertura hacia la reflexión sobre la desigualdad de derechos y libertades entre hombres y mujeres.

CALIFICACIÓN PERSONAL: 5/5 ★★★★★

¿Los han leído? ¿Qué opinan al respecto? ¡Espero sus comentarios! Gracias, como siempre, por visitarme. ♥

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