"La ruta de los hospitales", de Gloria Peirano

 ¡¡Última reseña de 2019!! "La ruta de los hospitales", de Gloria Peirano 🏥

SINOPSIS: “’No hay nada más real que un hospital, no hay nada más real que un hospital al atardecer.’
Un diálogo entre una madre y su hija. Una escena que se repite todos los días, una al volante y la otra en el asiento del copiloto, mientras recorren los lugares donde la mujer trabaja de nutricionista. "Tenés esa ruta, la ruta de mis hospitales: Muñiz, Roca, Español, Británico, Fiorito, Gandulfo, Fernández." La hija la espera, a veces, en el auto; otras, en los jardines, en los pabellones blancos, en los espacios donde los cocineros descansan después de haber preparado platos equilibrados que curan. La voz de la madre circula en las capas del tiempo. Aparece el pasado: los recuerdos de una infancia con partidos de pelota al cesto, las enfermedades que derivan en viajes al mar para recuperarse, las muertes dolorosas y los consuelos dulces de amores maternales. También se asoma el futuro: "¿Tiemblan tus manos? Poné las palmas hacia arriba, ahora. Nunca temblarán", como quien ya lo ha visto todo, desde un lugar insomne, desde un transcurrir indefinido.”

OPINIÓN PERSONAL: 4/5 📚📚📚📚
En esta novela, Gloria Peirano da voz a una madre viuda que trabaja como nutricionista en hospitales públicos: Muñiz, Roca, Español, Británico, Fiorito, Gandulfo, Fernández. Es la “ruta de los hospitales”, por donde la acompaña su hija pequeña, que deambula por los pasillos o jardines mientras ella trabaja. 

Está construida sobre la intensidad de la memoria en cuanto a la relación evocada: la de una madre y una hija, luego de la muerte de la primera. El relato está narrado en una segunda persona omnisciente, como para trascender la muerte de la protagonista, para recuperar el pasado desde su mirada y completar así “las dos caras” del recuerdo. 

Viene a ser una especie de reverso simétrico de la memoria de la hija, de lo que vio y lo que oyó de su propia madre en tantas ocasiones, de lo que recupera gracias a esa voz evocada; la relación se desarrolla de manera tan natural que inclusive el lector puede verse reflejado o sentirse afín a los personajes, no sólo sentir que está espiando vidas ajenas. Emotivo y recomendable para pasar un buen rato.