"Latas de cerveza en el Río de La Plata", de Jorge Stamadianos

Continuemos: "Latas de cerveza en el Río de La Plata", de Jorge Stamadianos 🍻

 SINOPSIS: “Todo comenzó el día que la vecina subió a la azotea y los dos sumergieron en la pelopincho. Ahora Miriam espera un hijo. Ulises, con veinticuatro adolescentes años, se ve obligado a trabajar en un sórdido bar de una estación de tren para sostener a su nueva familia. En qué se equivocó Ulises o en qué se equivocó el destino, porque fueron sus padres, con la esperanza que guio a los inmigrantes, quienes lo arrojaron a esta maldita tierra. Pero el abierto horizonte del Río de la Plata vuelve a ofrecer al desdichado Ulises la única salida. Y así se embarca en una aventura disparatada, de final incierto, donde no falta un viejo amigo de la infancia, un buque de bandera americana, la gorda erótica y vulnerable, el marinero negro y hasta un ministro de economía pelado. Con ironía, desparpajo y un humor impiadoso, por momentos conmovedor, esta novela, tan porteña como el obelisco, plantea el absurdo de la modernidad en un estilo directo, casi cinematográfico. Latas de cerveza en el Río de la Plata mereció el premio Emecé 1994/95, otorgado por unanimidad por un jurado integrado por Liliana Heker, Vicente Battista y Dalmiro Sáenz.”

OPINIÓN PERSONAL: en “Latas de cerveza en el Río de la Plata”, el personaje narrador, un veinteañero desocupado, deja embarazada a una vecina, viéndose obligados por los padres a casarse. De pronto, Ulises se ve envuelto en la necesidad de aceptar un trabajo muy mal pago en el local de comidas venido a menos que maneja su padre, un inmigrante griego que añora constantemente el tiempo pasado, que fuera mejor.

Poniendo como espacio central de la narración al Río de la Plata, retoma dos momentos: el presente, narrado a mediados de los noventa, y los días previos a la guerra de Malvinas, cuando el narrador era todavía un nene. En el relato situado en el ’82, el río será la forma de escapar de un conscripto ante el llamado a combate: en un pequeño bote de madera, desde la costa argentina, en medio de una incipiente tormenta, Vincent, el colimba fugado, ve en el río un camino para escapar de la dictadura y del combate. Intenta convencer de esto a Miguel, el hermano del narrador, que duda, pero finalmente se queda en la costa. Luego del relato, en forma de flashback, volvemos a los años noventa en tiempo presente: el contexto se describe mediante la señalización constante de la decadencia económica y social, del estado patético de las cosas y de la necesidad del personaje de un batacazo para zafar. 

Como escape de la pobreza estructural del país, aparece el río como un camino directo a Estados Unidos: dando una vuelta en un bote a remo, el protagonista ve latas de cerveza importada que van a la zaga de un imponente yate, “el sueño del pibe” hecho realidad, un crucero, cerveza, mujeres, ocio: (...)“Si conseguía subir al barco, todos mis problemas habrían terminado. En los Estados Unidos, lejos de Miriam y mi familia, empezaría una nueva vida. Escapar, desaparecer, huir; de alguna forma tenía que lograrlo”. Entonces se ve armando un plan: finge un choque con el yate, consigue que lo hagan subir y logra que le asignen un puesto de trabajo, pero, una vez obtenido el supuesto “pasaje a la gloria”, uno de los centroamericanos empleados en el barco como tripulación le pincha el globo, disolviendo el proyecto ante las leyes generales del capital: explotación

Además de esta aventura, la novela tiene una particularidad: la finalidad de la visita del yate a Buenos Aires es la de reunirse con nuestro ministro de economía para negociar un reajuste de los pagos de la deuda externa a cambio de obtener la explotación de petróleo con algunas prerrogativas, narrando la corrupción de manera metafórica desde el comienzo de la prosa del autor: las latas (extranjeras), flotando sobre el río, vienen a ser, literalmente, contaminantes.

El horizonte del Río de la Plata vuelve a ofrecer al desdichado Ulises, como a sus padres, una salida, embarcándolo en una aventura disparatada de final incierto, donde no falta la ironía y el desparpajo, el humor impiadoso y por momentos conmovedor.

CALIFICACIÓN PERSONAL: 4/5 📚📚📚📚

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