"Conchita. Ricardo Barreda, el hombre que no amaba a las mujeres", de Rodolfo Palacios
Un libro algo peculiar: "Conchita. Ricardo Barreda, el hombre que no amaba a las mujeres", de Rodolfo Palacios 🦷
SINOPSIS: “'Más que una crónica sobre la vida real, una aguafuerte certera sobre la vida de un matador. Y Palacios es un experto en matadores.'” (del prólogo de Enrique Symns).
Rodolfo Palacios retrató en “El clan Puccio” a Arquímedes Puccio, su familia y la serie de secuestros que sacudió a la Argentina. En “Sin armas ni rencores”, escribió la aventura del llamado “robo del siglo” desde la óptica de los arquitectos del atraco al Banco Río como nunca antes nadie lo había hecho. En “Conchita”, reconstruye el pasado de Ricardo Barreda y los momentos en que pasó de ser un hombre común, inofensivo, a convertirse en un monstruo que asesinó a su esposa, a sus hijas y su suegra. Lo hace con el oficio y rigor de los que encuentran en los casos policiales un mundo de espejos, más allá de la sangre y los grandes titulares.
El escritor y periodista consigue, además, contar de una forma impactante la vida del hombre que salió de la cárcel y se fue a vivir con su novia Berta, basado en un sinfín de encuentros, cenas, paseos y entrevistas. En primerísimo primer plano. Así es como asiste a una rutina donde el dentista al que llamaban “Conchita” elige decirle a su nueva pareja “Chochán”. Es entonces, en ese día a día al que asiste el cronista sorprendido, cuando el paisaje se vuelve salvaje, insólito y desolador.”
OPINIÓN PERSONAL: Rodolfo Palacios es un periodista especializado en temas policiales que se ha dedicado a investigar los casos más resonantes del crimen en Argentina.
Además de este libro, ha publicado “El clan Puccio, la historia definitiva” (en 2015, junto al sensacional éxito de “El clan”, película dirigida por Pablo Trapero y de “El clan Puccio”, la serie de Telefé, donde asesoró los guiones), narrando en profundidad la historia de la familia de San Isidro que hace treinta años secuestró y asesinó a varios conocidos y vecinos; y “El ángel negro, vida de Robledo Puch”.
Según sus propias palabras, lo que lo motiva a investigar este tipo de hechos es “saber qué pasa por esas mentes antes y después de matar”.
Palacios explora los detalles del asesinato múltiple e interroga al odontólogo sobre sus móviles, la vida después de la masacre, su novia Berta y la extraña idolatría que despierta en hombres y mujeres.
Barreda recuerda siempre “los oprobios y humillaciones” que sufría de parte de su esposa, hijas y suegra. Ese día decidió ir a podar una parra y, al ir a buscar un casco, encontró la escopeta que su suegra le había traído de Europa; la tomó, la cargó y guardó cartuchos adicionales en sus bolsillos. En la cocina estaban su mujer y su hija menor, Adriana: primero mató a Gladys y luego a la muchacha. Por las escaleras bajaba su suegra, la tercera en morir; la última fue su hija Cecilia, que bajaba detrás de su abuela. Luego, recogió los cartuchos, los guardó en el baúl del auto, desacomodó los muebles y tiró papeles al piso con la intención de simular un robo y, luego de deshacerse de todo, se fue al zoológico, al cementerio y más tarde a un hotel alojamiento con su amante… para saber más, no duden en leer esta obra, donde Palacios cuenta todo con detalles absolutos y nada morbosos, mostrando, más que al asesino, a la persona detrás de la historia.
En este momento, a más de 27 años de aquel fatídico 15 de noviembre, el proyecto legislativo que fuera presentado en 2012 para expropiar su casa de La Plata y convertirla en sede de una ONG que asista y aloje a mujeres víctimas de violencia de género, se encuentra en pausa. La casona corre peligro de derrumbarse y, con la declaración de “persona indigna” hecha a Barreda en 2014 por pedido de los familiares de las víctimas, el femicida no tiene derecho a la herencia y se encuentra internado en un hospital del conurbano. Por el momento, todo quedó en la nada.
CALIFICACIÓN PERSONAL: 4/5 📚📚📚📚 Muy recomendable para leer dejando los prejuicios de lado, el trabajo de Palacios es impecable.
Rodolfo Palacios retrató en “El clan Puccio” a Arquímedes Puccio, su familia y la serie de secuestros que sacudió a la Argentina. En “Sin armas ni rencores”, escribió la aventura del llamado “robo del siglo” desde la óptica de los arquitectos del atraco al Banco Río como nunca antes nadie lo había hecho. En “Conchita”, reconstruye el pasado de Ricardo Barreda y los momentos en que pasó de ser un hombre común, inofensivo, a convertirse en un monstruo que asesinó a su esposa, a sus hijas y su suegra. Lo hace con el oficio y rigor de los que encuentran en los casos policiales un mundo de espejos, más allá de la sangre y los grandes titulares.
El escritor y periodista consigue, además, contar de una forma impactante la vida del hombre que salió de la cárcel y se fue a vivir con su novia Berta, basado en un sinfín de encuentros, cenas, paseos y entrevistas. En primerísimo primer plano. Así es como asiste a una rutina donde el dentista al que llamaban “Conchita” elige decirle a su nueva pareja “Chochán”. Es entonces, en ese día a día al que asiste el cronista sorprendido, cuando el paisaje se vuelve salvaje, insólito y desolador.”
Además de este libro, ha publicado “El clan Puccio, la historia definitiva” (en 2015, junto al sensacional éxito de “El clan”, película dirigida por Pablo Trapero y de “El clan Puccio”, la serie de Telefé, donde asesoró los guiones), narrando en profundidad la historia de la familia de San Isidro que hace treinta años secuestró y asesinó a varios conocidos y vecinos; y “El ángel negro, vida de Robledo Puch”.
Según sus propias palabras, lo que lo motiva a investigar este tipo de hechos es “saber qué pasa por esas mentes antes y después de matar”.
Palacios explora los detalles del asesinato múltiple e interroga al odontólogo sobre sus móviles, la vida después de la masacre, su novia Berta y la extraña idolatría que despierta en hombres y mujeres.
Barreda recuerda siempre “los oprobios y humillaciones” que sufría de parte de su esposa, hijas y suegra. Ese día decidió ir a podar una parra y, al ir a buscar un casco, encontró la escopeta que su suegra le había traído de Europa; la tomó, la cargó y guardó cartuchos adicionales en sus bolsillos. En la cocina estaban su mujer y su hija menor, Adriana: primero mató a Gladys y luego a la muchacha. Por las escaleras bajaba su suegra, la tercera en morir; la última fue su hija Cecilia, que bajaba detrás de su abuela. Luego, recogió los cartuchos, los guardó en el baúl del auto, desacomodó los muebles y tiró papeles al piso con la intención de simular un robo y, luego de deshacerse de todo, se fue al zoológico, al cementerio y más tarde a un hotel alojamiento con su amante… para saber más, no duden en leer esta obra, donde Palacios cuenta todo con detalles absolutos y nada morbosos, mostrando, más que al asesino, a la persona detrás de la historia.
En este momento, a más de 27 años de aquel fatídico 15 de noviembre, el proyecto legislativo que fuera presentado en 2012 para expropiar su casa de La Plata y convertirla en sede de una ONG que asista y aloje a mujeres víctimas de violencia de género, se encuentra en pausa. La casona corre peligro de derrumbarse y, con la declaración de “persona indigna” hecha a Barreda en 2014 por pedido de los familiares de las víctimas, el femicida no tiene derecho a la herencia y se encuentra internado en un hospital del conurbano. Por el momento, todo quedó en la nada.
CALIFICACIÓN PERSONAL: 4/5 📚📚📚📚 Muy recomendable para leer dejando los prejuicios de lado, el trabajo de Palacios es impecable.
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